A lo largo de la última década, los dirigentes municipales han hecho un uso cada vez más sofisticado de los datos para fundamentar las decisiones, mejorar los servicios y lograr un impacto para los residentes, una evolución que fue especialmente clara en el momento álgido de la pandemia de COVID-19.
Los alcaldes de todo el mundo utilizaron los datos de forma novedosa para detectar brotes, orientar las campañas de vacunación y pruebas, abordar las desigualdades, supervisar la capacidad de los hospitales, abogar por los recursos, adaptar las políticas de enmascaramiento y cierre, y comunicarse con el público. No cabe duda de que las capacidades dinámicas que los alcaldes y sus equipos crearon para analizar y actuar sobre las métricas clave en tiempo real salvaron vidas.
Ahora, algunas de las ciudades de todo el mundo que utilizan los datos con mayor eficacia para servir a sus habitantes están dispuestas a ver cómo pueden ampliar sus esfuerzos.
Esta semana, alcaldes de 22 ciudades de América del Norte, Central y del Sur se encuentran en Baltimore para iniciar su participación en la Bloomberg Philanthropies City Data Alliance. Su misión común: aprovechar sus ya sólidas bases para descubrir juntos cómo será el próximo nivel de gobierno local basado en datos.
“Estos gobiernos locales ya son líderes en el uso de datos para transformar los servicios públicos y ofrecer más a los residentes, especialmente a los que se han quedado atrás”, dice James Anderson, que dirige la Innovación Gubernamental en Bloomberg Philanthropies. “La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la importancia de los datos para un gobierno que funcione. La Alianza de Datos de Ciudades de Bloomberg Philanthropies ayudará a estas ciudades a detectar antes los problemas, a gestionar los recursos de forma más eficaz y a destinarlos a quienes los necesitan”.
Las 22 ciudades participantes proceden de siete países e incluyen: Baltimore (Maryland), Baton Rouge (La), Buenos Aires (Argentina), Charleston (Carolina del Sur), Chattanooga (Tennessee), Detroit, Fortaleza (Brasil), Guadalajara (México), Kitchener (Canadá), Montevideo (Uruguay), Regina (Canadá), Renca (Chile), Río de Janeiro (Brasil), Riverside (California), Rochester (Minnesota), Rosario (Argentina), San Antonio (Texas), San Pedro Garza García (México), Scottsdale (Arizona), South Bend (Indiana), Tempe (Arizona) y Tulsa (Oklahoma).
“Este grupo fue seleccionado porque ya ha demostrado su compromiso con el uso de datos para impulsar el impacto en sus comunidades”, dice Beth Blauer, Vicerrectora Asociada de Innovación del Sector Público de la Universidad Johns Hopkins y líder del nuevo programa. “Pero la realidad es que ninguna ciudad ha integrado plenamente esta práctica en todo su trabajo. La City Data Alliance definirá el futuro junto con estos alcaldes que ya han impulsado este sector. El objetivo no es sólo ayudar a las ciudades, sino ayudar al campo a demostrar lo que significa tener una estrategia integral de datos en toda la ciudad, y lo que significa tener una fuerza de trabajo que sea capaz de cumplir con ella”.
A través de una inversión de 60 millones de dólares de Bloomberg Philanthropies, los alcaldes de cada ciudad recibirán formación ejecutiva y entrenamiento de expertos para desarrollar sus habilidades de liderazgo en torno al uso de datos. Posteriormente, los altos cargos de cada ciudad recibirán formación adicional en torno a una capacidad de datos crítica, como la gestión del rendimiento, la contratación, la evaluación o los datos como servicio. Un total de 100 ciudades se unirán a la City Data Alliance en los próximos dos años.
“Se trata de crear una cultura de toma de decisiones basada en los datos, de modo que no sea de naturaleza episódica, sino que se convierta en la forma de actuar de las ciudades”, afirma Blauer. “El objetivo es llegar a un punto en el que las ciudades utilicen los datos y las pruebas para saber si sus inversiones son rentables o no, si están siendo inteligentes en el desarrollo de programas, en el diseño de servicios y en todas las cosas que los datos pueden hacer. Va a ser un momento muy emocionante porque estos alcaldes tan preparados serán los que lideren el camino”.
El alcalde de Tulsa (Oklahoma), G.T. Bynum, es uno de esos alcaldes. Los esfuerzos de Bynum por reducir las desigualdades raciales en los ingresos, la esperanza de vida y docenas de otros resultados se basan en una revisión anual de más de 50 medidas que informan de los cambios en las políticas, prácticas y programas de la ciudad. El esfuerzo ha mostrado ganancias cuantificables en la igualdad desde que comenzó en 2018, aunque hay un largo camino por recorrer. Tulsa también está revisando todo su proceso presupuestario hacia un sistema basado en datos que financiará programas y servicios de acuerdo con los resultados que logren.
“Estamos en un punto de inflexión importante en nuestro desarrollo de las capacidades de datos de la ciudad de Tulsa”, dice Bynum. “Hemos desarrollado la aceptación de nuestro equipo de liderazgo de alto nivel, con nuestros directores de departamento, y con los residentes de Tulsa en el valor de la utilización de datos para nuestro gobierno de la ciudad en la toma de decisiones y la mejora del rendimiento de los servicios de la ciudad. Pero estamos preparados para llevar ese trabajo al siguiente nivel. Y nuestra participación en esta Alianza continuará ese trabajo”.
En Regina (Canadá), la alcaldesa Sandra Masters afirma que los datos son la base del esfuerzo de la ciudad por conseguir que sus emisiones de gases de efecto invernadero sean “nulas” en 2050. Los responsables de la ciudad han realizado recientemente un inventario energético para conocer mejor los principales factores de consumo de energía. Esos datos sirvieron de base para el Marco de Energía y Sostenibilidad que el ayuntamiento aprobó por unanimidad en marzo.
“Ahora tenemos datos de referencia sobre el uso de la energía en las instalaciones municipales, pero también para toda la comunidad, y tenemos un modelo matemático para llegar a las emisiones netas cero en 2050”, dice Masters. Donde Regina necesita mejorar, dice, es en el uso de los datos para crear “un circuito de retroalimentación constante para estar continuamente abordando dónde nos estamos quedando cortos y qué planes de mitigación se nos ocurren para hacer frente a los desafíos identificados”.
En San Pedro Garza García (México), el alcalde Miguel Treviño dice que su ciudad “ya ha visto grandes resultados, incluso con la aplicación a pequeña escala de procesos basados en datos”. Por ejemplo, la agencia de recaudación de impuestos de la ciudad aumentó los ingresos al identificar qué tipos de incentivos hacen que los propietarios sean más propensos a pagar sus impuestos sobre la propiedad a tiempo. Un enfoque basado en datos para el despliegue de la policía ha reducido el tiempo de respuesta de la policía de cinco minutos a menos de tres.
“He dejado claro a mi equipo que todas las decisiones deben basarse en datos y pruebas”, afirma Treviño. “Tenemos un equipo con mucha capacidad para hacer grandes cosas y queremos estar a la vanguardia del cambio positivo en México. Creemos que Bloomberg Philanthropies puede ser un gran aliado en esto”.
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